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miércoles, 24 de octubre de 2012

La Fiesta de los Tosantos llega a Cádiz

DISFRAZAN A CERDOS, POLLOS Y VERDURAS DE ANIMALES VESTIDOS DE FAMOSOS



Truchas disfrazas de la afición gaditana
Foto: PATRONATO PROVINCIAL TURISMO CÁDIZ
Cerdo disfrazado de superhéroe
Messi, Cristiano Ronaldo, o la Duquesa de Alba. Los tenderos y propietarios de puestos en los distintos mercados de la ciudad de Cádiz disfrazan su mercancía: cerdos, pollos, conejos, frutas o verduras de personajes famosos para formar escenas cómicas sobre temas de actualidad local y nacional con un fuerte componente crítico.

El mes de octubre termina en Cádiz de esta forma tan original. El lunes antes del Día de Todos los Santos, el 29 de octubre, la ciudad vuelve a hacer gala de su internacionalmente conocido ingenio y sentido del humor.

El Día de Todos Los Santos es una tradición católica instituida en honor de Todos los Santos, según el papa Urbano IV, para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles. Pero este origen tan solemne se torna en una fiesta pagana y llena de color en la ciudad del Carnaval que rebautiza la fiesta de "Todos los Santos" en un más práctico y corto "Tosantos".

Mientras la anglosajona tradición de Halloween se extiende cada vez más en España, en Cádiz unos 80 puestos de los mercados Central y Virgen del Rosario participan en esta fiesta. Políticos, personajes de la prensa rosa y famosos de todo tipo se reencarnan el día 31 de octubre en la mercancía de los puestos. Para fomentar la participación el Ayuntamiento de Cádiz y la Asociación de Mercados, ASODEMER organizan un concurso en el que un jurado elige las propuestas más originales e ingeniosas de las diferentes categorías: carnes, pescados, verduras, frutas y varios. La fiesta se completa con actuaciones flamencas, espectáculos de magia para los más pequeños, degustaciones, conferencias y otras actividades.

La gastronomía tiene también un papel preponderante en esta fiesta, y es que noviembre marca ya el inicio de la temporada de invierno y la llegada de los alimentos propios de esta época como los frutos secos (castañas, nueces, almendras, avellanas) huesos de santos y buñuelos rellenos de cidra.
Una fiesta del siglo XIX

El origen de esta fiesta se explica en la actividad más frenética de lo habitual que vivía el mercado de Cádiz en la víspera de un día festivo. El hecho de que el mercado cerrase sus puertas al día siguiente hacía que fuesen muchos los gaditanos que acudiesen ese día para pertrecharse de todos los alimentos necesarios para esa jornada y la siguiente.

Fue hace 136 años cuando el Ayuntamiento de Cádiz decidió poner en marcha una iniciativa para atraer a más gaditanos hacia la Plaza. En 1876 la comisión municipal del Mercado Público adornó los puestos, la plaza y su entorno, y llevó a una orquesta para celebrar un baile en la vecina plaza Guerra Jiménez. La iniciativa tuvo gran éxito y muchos gaditanos y visitantes acudieron aquel día al mercado comprando toda la mercancía a la venta.

Ya en el año 1977 con el nacimiento de ASODEMER se instauró el concurso para premiar a los tenderos más originales y creativos. Desde entonces en estos 33 años han sido muchos los famosos y celebridades que se han "hecho carne" en el Mercado de Cádiz.



Ribeiro, la comarca del Dios Baco, en provincia de Orense


El clima de la comarca favorece la crianza de los vinos ya que la configuración geográfica resguarda las hectáreas de cultivo de temperaturas y vientos extremos que pueden estropear las uvas. Al margen de un clima totalmente favorable, la mezcla de las distintas variantes de uva, es el secreto del éxito de estos caldos. Se utilizan preferentemente las variedades que de forma natural se han criado en la comarca, aunque también se añaden algunas foráneas que dan a los vinos un toque diferente. Durante un tiempo pasado -la peor época para el Ribeiro- se utilizaba exclusivamente una uva extraña a la tierra hasta que finalmente los viticultores se decidieron a volver a las uvas propias regresando el éxito de antaño. La estrella es la llamada treixadura que es la que más se utiliza y la que aporta intensos aromas frutales y pequeñas notas florales.

La comarca de Ribeirodentro de la provincia de Orense en su límite con Pontevedra, ha crecido y se ha desarrollado en torno a la producción de sus sabrosos vinos. La crianza de las uvas que dan sentido a los caldos más sabrosos de la región, su cuidado y transformación han sido los vectores básicos de la vida económica, política y cultural de la zona desde hace tiempo. Esta comarca tiene más de 2.500 hectáreas de viñedos que comprenden varios municipios encabezados por la capital de la comarca, Ribadavia: Arnoia, Castrelo de Miño, Leiro, Cenlle y otros municipios que viven y respiran a través de sus deliciosos vinos. Una muestra de ello es el paisaje repleto de viñedos de esta comarca.



HISTORIA DE UN VINO
La producción mayoritaria es la del vino blanco generándose muchas variedades distintas dentro de la Denominación de Origen que la comarca ostenta desde 1976, pero hasta entonces, el vino sufrió diversos altibajos. El historiador griego Estrabón ya habló del cultivo del viñedo en Ribeiro en el siglo II antes de Cristo. En el pasado la actividad vitivinícola era primordial, mientras que en la actualidad ha sido ligeramente desplazada por el sector del turismo, que también contribuye en el auge de la industria del vino. Los caldos de la región fueron mimados por todos los moradores de estas tierras, en especial por los monjes cistercienses. Fue al final de la Edad Media cuando se comenzaron a exportar los vinos fuera de España a lugares como Irlanda, los Países Bajos, Francia o América aumentando a lo largo del tiempo y del mundo hasta llegar a la época actual, cuando es uno de los vinos más conocidos del panorama internacional.

En esa primera etapa de esplendor, los caldos del Ribeiro fueron utilizados como intercambio en trueques dentro del comercio de los paños y el oro, llegando a diversas partes del mundo aún sin pretenderse. Se dice en la comarca, que algunas botellas viajaron escondidas en las bodegas de los barcos que cruzaban el atlántico hasta el Nuevo Mundo. Fue después del siglo XVI cuando la difusión y la calidad disminuyeron sumiendo a la región en un proceso de crisis. Buena culpa la tuvieron las distintas enfermedades que atacaron a los viñedos, especialmente a los autóctonos. La uva de la comarca dejó de tener la calidad que tenían y disminuyeron en cantidad debido a varios factores como las guerras que España mantuvo con Europa, los nuevos focos de competencia interna, como fue Rioja, o externa, como los vinos portugueses. También influyó la emigración de los gallegos, que dejó al campo sin trabajadores para mimar los viñedos. Esto demostró una vez más, que el vino y su producción han ido oscilando a través de las circunstancias históricas y sociales y viceversa.

FIESTAS TEMÁTICAS
Una de las circunstancias que mejor reflejan este hecho es la celebración de fiestas alrededor del vino. Desde 1964, en Ribadavia se celebra la Feria Exposición del vino de O Ribeiro que permite probar los deliciosos caldos de añada. Esta fiesta tiene lugar en los primeros días de mayo y ha sido declarada como interés turístico nacional. Además se celebra otra fiesta donde el principal protagonista es el pimiento. Se celebra en Arnoia el primer fin de semana de agosto y el vino es el fiel acompañante de los 12.000 kilos de pimiento de media que se toman de las más diversas maneras: asados, fritos, guisados...

La celebración más destacada, que además va aumentando su importancia año a año, es la fiesta de la "Istoria" en Ribadavia. Tiene lugar en el mes de agosto y las calles de la localidad vuelven a la Edad Media durante unos días en que los vecinos asisten engalanados como en el siglo XII. Ribadavia vuelve a homenajear a la Virgen del Portal, la patrona de Ribeiro en las calles del barrio judío, las proximidades del Castillo de los Sarmiento -monumento con más solera y característico de la ciudad- y las pequeñas callejuelas características de las juderías que se llenan de puestos donde la gastronomía y el vino unen dos épocas muy diferentes. Además se celebran bodas judías, bailes, competiciones de tiro con arco e incluso exhibiciones de cetrería. Todo esto hace que más de cien mil personas asistan a esta fiesta especial.


CONOCER LA TIERRA
A pesar de que Ribeiro es conocida en el país y fuera de sus fronteras por sus vinos, la comarca tiene muchos más encantos entre sus calles, sus campos y las gentes de sus pueblos. Sin duda, Ribadavia tiene una visita imprescindible ya que desde antaño ha sido el centro de la comarca. Los nobles, como los Sarmiento, dejaron su huella en multitud de edificios de gran belleza como el Pazo de los Condes en plena plaza Mayor del municipio o el castillo que lleva el nombre de los Sarmiento. Junto al castillo se pueden encontrar los restos de la antigua muralla que protegía a la ciudad a partir del siglo XIV.


Las edificaciones religiosas de los siglos XII y XVI, como las iglesias de Santa María Magdalena o la de Santiago, o las edificaciones construidas por los judíos durante su larga estancia en la ciudad merecen una visita para conocer las costumbres. Hay que destacar la Casa de la Inquisición construida en el siglo XVI con los escudos de varias familias de Ribadavia relacionadas con la oscura institución. Además, el viajero puede observar la iglesia y el convento de Santo Domingo, construidos en el siglo XIII y con una combinación entre el románico y el gótico, además de elementos barrocos. Las instalaciones del convento, que fue uno de los centros más importantes de dominicos en Galicia, son actualmente utilizadas como residencia de ancianos. En la villa también se asentaron los franciscanos y dejaron su huella en el templo separado de la ciudad por el río Avia.

Ribadavia es un lugar de carácter monumental y, sin embargo, en toda la comarca de Ribeiro se pueden encontrar monumentos de interés. Leiro cuenta con dos construcciones declaradas monumentos nacionales. El primero es el monasterio de San Clodio, construido en el siglo X, que fue muy influyente en la economía de la región y decisivo en la difusión del vino de Ribeiro. En la actualidad, los viajeros pueden disfrutar del descanso en su interior, ya que es utilizado como hotel. El segundo de estos monumentos nacionales es el puente medieval de San Clodio que une las dos orillas del río Avia y fue erigido en el siglo XV. Dos siglos más tarde y cercano a este puente, se levantó el Pazo Viña Mein que actualmente es la sede de una bodega de Ribeiro.


En Cenlle encontramos el santuario más visitado de esta comarca, el de San Benito de Cuñas, construido en el siglo XVIII. En Beade, que en el medievo era encomienda de la Orden de San Juan de Jerusalén, se encuentra el templo de Santa María y una capilla dedicada a San Benito. Lo más destacado de Beade es el viacrucis que se encuentra entre ambos templos. Está formado por catorce cruceiros que llevan hasta el calvario. En Carballeda de Avia, Castrelo de Miño, Arnoia, Cortegada, Melón, Avión y sus pequeñas parroquias siguen esta línea de encanto monumental sorprendiendo al viajero en cada rincón.

Más información: Oficina de Turismo de Ribadavia: www.ribadavia.net

La ruta de las torres vigías de Cabo de Gata por todo el litoral almeriense


Torre Vigía En La Ruta
Foto: EUROPA PRESS
Establecimiento
Cabo de Gata es un destino mágico con muchas cosas que mostrar y un sinfín de historias y leyendas para contar. Esta región almeriense fue muy codiciada en época de piratas genoveses, berberiscos y turcos. Por ello, y para salvaguardar las poblaciones más cercanas, se construyeron la torres o atalayas vigía, conectadas visualmente unas con otras mediante fogatas durante la noche y señales de humo por el día.

Dejamos volar la imaginación y nos trasladamos al litoral de Cabo de Gata en el siglo XVI. Alzamos la vista y divisamos una hilera de luces parpadeantes. Se trata de las torres vigía o atalayas que alertaban de las posibles invasiones de piratas genoveses, berberiscos o turcos, eran los que principalmente atracaban en la costa almeriense para reponer fuerzas y guardar sus tesoros acumulados. Estaban conectadas visualmente, unas con otras, mediante fogatas en la noche y con señales de humo durante el día, ya que ésta era la única forma de comunicación que tenían los vigilantes para dar el aviso ante el peligro.

Estas construcciones, que datan de la época musulmana, han visto cambiar su aspecto y estructura, tras la conquista cristiana, en función de las necesidades de cada tiempo. En la actualidad todo este patrimonio defensivo está considerado como Bien de Interés Cultural por ser Monumento Histórico Artístico Nacional.

Para descubrir de primera mano todas estas maravillas arquitectónicas, el viajero debe comenzar su recorrido en el pueblo de Retamar y contemplar allí la Torre García construida en el siglo XVI y ubicada sobre la arena. Cuentan las historias de la zona que en la madrugada de una noche de Diciembre de 1502, el vigía que custodiaba la atalaya encontró la imagen de la Virgen del Mar, patrona de Almería, y la recogió, tal como está reflejado en la lápida que se encuentra en los muros de esta torre.

Continuando el viaje por el litoral de Cabo de Gata se llega hasta la localidad de La Almadraba de Montevela, donde el viajero descubre, en el alto de una colina a ras de costa, la torre vigía de la Vela Blanca. Una construcción que data del siglo XVII y se ubica al sur de la playa del Mónsul, muy próxima al pueblo de San José. Parada obligada ya que es una de las urbes con mayor tradición pesquera y ganadera de esta zona almeriense.  Aquí se encuentra la torre vigía de Cala de Higuera, construida en el siglo XVI. Actualmente esta atalaya, que se encuentra volcada en posición invertida, sólo conserva los cimientos. En este pueblo, San José, el viajero podrá descansar y degustar algunos de los mejores platos de la gastronomía almeriense en el Hotel Doña Pakyta, a pie de playa, o en el Hotel Cortijo el Sotillo, en pleno Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.

La "ruta de las torres vigía" se extiende también por la población de Rodalquilar, donde se encuentra la torre Los Lobos, construida por los nazaríes, desde 1990 se utiliza como faro. Siguiendo el recorrido, el viajero llega hasta la villa de Las Negras para descubrir la torre de San Pedro, que data del XVI aunque fue reconstruida en el XVIII, aprovechando una atalaya musulmana destruida.

Y al final de esta excursión por el pasado se encuentra el municipio de Carboneras, donde se ubica la torre del Rayo construida en la época Nazarí y reconstruida en el Renacimiento. Custodiada en sus inicios por dos guardas para años más tarde ser abandonada a su suerte, por el evidente peligro de ser atacados o secuestrados por los piratas berbéricos que atracaban en esta zona.

La "ruta de las torres vigía" es, por tanto, un viaje para disfrutar en compañía, una aventura para conocer una zona de Almería prácticamente virgen y un destino para respirar aire puro y descansar.