Sus casas acostadas en una de las laderas construidas como si fuera un pequeño laberinto repletas de cultura, justo debajo de su castillo árabe, son una de las cosas que hacen al visitante reflexionar sobre las historias que debieron ocurrir no hace tanto tiempo. Para el amante de la fotografía Alcalá del Júcar es sin duda un lugar donde gastar megas y megas en fotos, descubriendo su belleza, desde su puente romano, sus calles zigzagueadas, hasta su castillo árabe.
Alcalá del Júcar posee multitud de cuevas excavadas en la roca han sido desde siempre objeto de leyendas y dotan al entorno de un cierto aire enigmático y mágico.
Alcalá del Júcar (Albacete), en un espigón sobre la Hoz del Júcar
La Hoz del Júcar
Alcalá de Júcar se encarama en una roca sobre un meandro del Júcar, sus casas escalan por ella o se excavan en la tierra y ascienden hasta el Castillo que preside, la vista, el pueblo y el río. El cañón del Júcar se recorta en láminas en su base, como una tarta de caliza que le confiere un peculiar aspecto. El castillo de origen árabe al que debe parte de su topónimo (al-Qa`la) tiene ya poco de su raíz andalusí, diversas reformas dejan poco recuerdo de su ascendencia. Derrumbamientos, cambios en las torres y la reconquista, dejaron sucesivas restauraciones que borraron en buena parte su origen islámico.
El paseo debe continuar por su entramado de calles hasta la parroquia de San Andrés, uno de los edificios más significativos de la población. Es una construcción de nave única y muy alargada, construida entre los siglos XVI y XVIII, del XVI conserva la bóveda de crucería con terceletes y en el XVIII se amplió la cabecera con un crucero y una cúpula.
Siguiendo el descenso llegamos al bello puente sobre el Júcar, del siglo XVIII al que se ha atribuido con frecuencia mayor antigüedad.
Las cuevas de la localidad son célebres por sus múltiples usos, nidificación de palomas, establos y farmacias naturales. Pero de especial interés son los túneles de los bares como la cueva de Masagó o la cueva del Diablo.
Más allá, en las cercanías, el viajero puede llegar a la ermita de San Lorenzo una característica obra barroca con planta de cruz, cúpula y pinturas del siglo XVIII.
Acceso a Alcalá del Júcar
Río Júcar a su paso por Alcalá del Júcar.
Playa de Alcalá del Júcar
Patrimonio, monumentos y lugares de interés:
La villa de Alcalá del Júcar está declarada Conjunto Histórico-Artístico por Real Decreto 2.335/1982 de 30 de julio (B.O.E. 226 de 1 de septiembre).
- Castillo del siglo XV.
- Iglesia Parroquial.
- Viviendas excavadas en las rocas.
- Plaza de Toros, única en su género por su forma irregular.
- Cuevas de Masagó, del Diablo y del Garadén.
- Ermita de San Lorenzo.
- Puente de La Rambla.
Las cuevas con más historia de Alcalá del Júcar son la Cueva del Garadén y la del Diablo, con 750 años y 100 años de antigüedad respectivamente, se encuentran situadas en pleno casco histórico de la ciudad.
La Cueva del Garadén se construyó con el fin de controlar el paso hacia levante y servía como aduana donde los viajeros y comerciantes, que venían de Castilla-La Mancha, debían pagar el impuesto del rey Garadén. Los soldados hacían guardia dentro de la cueva y recorrían sus más de 170 metros para evitar que nadie escapara de pagar el “peaje”.
Las Cuevas del Diablo se construyeron en 1905 para hacerlas servir como corral, palomar y alacena. Actualmente los visitantes pueden disfrutar de sus maravillosas vistas del río Júcar, tanto en el mirador como desde la terraza. También hay expuestos numerosos aperos de labranza y antigüedades de la época que estimularán la imaginación y curiosidad del visitante.
Tanto la Cueva del Garadén como la del Diablo están comunicadas
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